La preocupante situación de Sudán del Sur:

 

El otro día YouTube me recomendó un vídeo de un chaval de Cantabria en el que contaba su experiencia  en Sudán del Sur (aquí) y, tras quedarme muy impresionado con lo que contaba, decidí publicar una nueva entrada comentando la situación del país. 

Sudán está situado en el norte de África, su capital es Yuba y la moneda nacional es la libra sursudanesa. La religión predominante es el cristianismo (70%) y tiene una población de 10.975.920 personas, además, su densidad de población es muy baja. Se trata de una República Presidencialista  dividida en 10 estados federales cuyos idiomas principales son el inglés y el árabe (sin contar con las lenguas tribales de los más de 200 grupos étnicos). Las organizaciones a las que pertenece son: IGAD, FMI, ONU, UA. A continuación, un pequeño resumen sobre su corta historia política (no hay que olvidar que es el país más joven del planeta).

El 9 de julio de 2011, Sudán del Sur proclamó su independencia después de décadas de guerra. La presidencia se le otorgó a un dinka y la vicepresidencia a un nuer (ambos miembros del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán). En 2013, el presidente Kiir (de la etnia dinka) expulsó al vicepresidente Machar (etnia nuer) y a todos los nuers del Gobierno, lo cual derivó al estallido de una nueva guerra civil. Tras 5 años de combates, se firma el Acuerdo Revitalizado para la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur (R-ARCSS), lo que derivó en la reducción de la violencia entre ambas etnias. Finalmente, en el año 2020, Salva Kiir Mayardit y Riek Machar alcanzaron un pacto para la formación de un gobierno de unidad nacional.

En cuanto a la economía del país, es la número 162 por volumen de PIB y su deuda pública en 2018 fue del 42,22% del PIB (habitantes entre los menos endeudados del mundo). El nivel de vida de su población es tremendamente bajo (no debemos olvidar la inestabilidad política y violencia del país) hasta el punto de que el PIB per cápita de sus habitantes en 2017 fue de 279€. El IDH que, como sabemos está formado por tres variables: vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno, fue de 0,388 en 2017, es decir, el puesto 187 de 189 en el ránking de IDH. Además, es un país que cuenta con gobernantes muy corruptos y en el que es muy complicado que una empresa prospere, según el ranking Doing Business. El gasto público en educación en el 2017 (último año del que se tiene datos) es del 0,98% del PIB y, según la aportación de la agricultura al PIB, vemos que es un país en el que la agricultura es muy importante (genera el 10,4 % del PIB en 2015), aunque no está ni de lejos entre los más dependientes.

En conclusión, es un país tremendamente pobre y un claro ejemplo de Estado fallido. Puede que, si no se hubiera producido la segunda guerra civil estuviéramos hablando de otros números, pero la realidad es esta.