Las consecuencias económicas de la paz, Keynes.


 Las consecuencias económicas de la paz es uno de los libros imprescindibles para entender gran parte de la historia del siglo XX, esto se debe a que la obra de Keynes explica a la perfección tanto las consecuencias de la Primera Guerra Mundial como una de las causas de la Segunda Guerra Mundial. El lector se preguntará, y es normal, cómo el brillante economista inglés pudo relatar causa alguna de la II GM en un libro publicado en 1919, es decir, unos 20 años antes del conflicto. Pues bien, la respuesta a dicha pregunta se puede resumir en tres palabras: Tratado de Versalles.

Keynes introduce el libro explicando por qué la situación es tan alarmante. Lleva a entender al lector que, si Francia e Italia destruyen la economía de Alemania y Austria-Hungría aprovechándose de su condición de victoriosos, la consecuencia será su propia destrucción. También acerca al lector al contexto contando cómo era la Europa preguerra, aquella en la que primero los países se lograron especializar en determinados productos para alimentar a su población, y después se produjo una inestabilidad económica y un aumento de la población que hizo a los dirigentes buscar nuevas formas de alimentar a su población, algo que consiguieron gracias a las semillas importadas de África. Además de lo anterior, sigue facilitando el entendimiento detallando cómo eran los líderes encargados de imponer las condiciones de paz y reflexionando acerca de la toma de decisiones en la Conferencia de París.

El autor se centra en describir al consejo de los cuatro: cómo era el carácter de cada uno, cuáles eran sus pretensiones, qué opinión tenía el público sobre cada uno, etc. A continuación, Keynes sintetiza las condiciones del tratado. Previamente hubo un tanteo entre Alemania y el Presidente Wilson y, una vez terminadas las negociaciones preliminares, comenzó a discusión del tratado.

Al inicio de la Conferencia había dos proyectos rivales que tenían como objetivo liderar la política del mundo en el futuro: los Catorce puntos y la paz cartaginesa de Clemenceau. Las principales disposiciones del escrito se basan en destruir los pilares económicos anteriormente mencionados, así como verter sobre los derrotados las insoportables cargas financieras de las potencias victoriosas. El brillante autor inglés explica que los bávaros basan su economía en el carbón, el comercio, el hierro y los transportes, y que es este el motivo por el que las disposiciones del tratado se centran en tratar de destruir estos pilares de la economía alemana. Además, resta importancia económica a las condiciones relativas a los transportes diciendo que simplemente tienen la intención de humillar, algo que ayuda a entender la sed de venganza del pueblo alemán en los años posteriores. 

No hay quien cuestione la opinión de Keynes sobre lo injusto del tratado, pero si hay distintos economistas que contradicen al británico en otras cuestiones como, por ejemplo, en la capacidad de Alemania para pagar las reparaciones impuestas. John Maynard Keynes asegura en su obra que Alemania no podría pagar más de 2.000 millones de marcos anuales en un periodo de 30 años, sin embargo, el economista Étienne Mantoux aseguró que Alemania gastó 7 veces más cada año en rearmarse entre 1933 y 1939. Esta afirmación cuestiona la capacidad de pago de los bávaros y asegura que podrían haber hecho frente a un porcentaje mayor de las reparaciones.

Como consecuencia del Plan Dawes, del Plan Young y de la Gran Depresión, Alemania se ahorró pagar el 98% de la deuda. Al mencionar el Plan Dawes se hace necesario recordar el debate entre Ohlin y Keynes. En marzo de 1929, Keynes escribe un artículo en The Economic Journal en el que trata el tema de la transferencia de la deuda. El británico parte de la base de que era necesario aplicar medidas deflactoras en Alemania. En cambio, Bertil Ohlin mantenía que no era necesario recortar los precios para transferir las reparaciones.

Es evidente que las reparaciones impuestas a Alemania, las consecuencias de la Gran Depresión y el dinero prestado por parte de Estados Unidos provocó que los alemanes tuvieran una deuda pública muy elevada, lo cual sumado a las políticas deflacionistas llevadas a cabo por Brüning (el empleo cayó un 30% y los precios un 23%) que dejaron al país al borde de una guerra civil, proporciona un resultado final poco halagüeño. Esta situación fue aprovechada por Hitler para lograr ascender al poder aprovechándose de la sed de venganza del pueblo germano. 

Keynes concluye explicando la situación de Europa después de la guerra (la productividad cae en picado) y qué posibles soluciones puede haber para remediar la nefasta situación económica, en la que destaca la opción del empréstito internacional asumido en mayor medida por Estados Unidos.



 

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